(Estas son algunas de las fotos que hice la tarde del jueves durante la manifestación. La que más llama la atención es la segunda: puede verse toda la Via Laietana, desde Urquinaona hasta el mar, convertida en un río de gente. Muchos llegaban desde más arriba, desde Pl. Catalunya, desde la Ronda, desde Pau Claris… No sé calcular exactamente pero muchísimas personas. Estas son, pues, algunas de las fotos que hice. Y lo que sigue es lo que escribí después de comer, mientras hacía tiempo para bajar al centro)

Dentro de poco salgo hacia la manifestación de hoy jueves.

Siempre me ha molestado en este tipo de encuentros la voluntad que tienen muchos de acercar el ascua a su sardina. Así, cuando gobierna el PP, los del PSOE intentan capitalizar el descontento. Cuando gobierna el PSOE lo intentan los del PP. IU lo intenta siempre, lo mismo que ERC, sin molestarse en disimular demasiado. CIU lo intenta poco porque sabe que tiene poco que hacer con el público que acude a manifestaciones, lo cual no implica que no intente sacar tajada a la mínima que se presente. El reciente UPD también se aprovecha, en su caso de los descontentos de todos lados.

Nunca nadie podrá decir que tengo la más mínima simpatía por el PP. Para nada: he dicho muchas veces en mis blogs que es un partido al que desprecio profundamente porque miente descaradamente, manipula, es centralista hasta el horror, caen en lo soez frecuentemente (“¡Qué se jodan!”), demuestra la fanfarronería de quien cree que el mundo es suyo y representa en buena medida el franquismo sociológico que tanto me repugna. Pero yo no saldré a manifestarme únicamente contra el PP (también, pero no únicamente). Su gestión de la crisis es deplorable, está claro. Sus ideas no tienen nada que ver con las mías. Es evidente que vería con simpatía no sólo que Rajoy dimitiera sino que dimitieran todos y se largaran a sus casas. Pero ni caeré en la trampa de discutirles la mayoría absoluta (la tienen, aunque me fastidie) ni les voy a hacer culpables a ellos en exclusiva de lo que está ocurriendo.
En este país se han hecho las cosas de vergüenza durante muchísimos años, gobernara quien gobernara. De la situación se han aprovechado muchos, el PP, el PSOE, CIU, obviamente, pero también otros partidos (que IU o ERC se hayan aprovechado menos no implica que su pecado sea menos grave, puede querer decir que quizá han tenido menos oportunidades… saber que también IU y los sindicatos estaban chupando de la teta de Bankia ha sido ilustrativo). En este país la banca ha robado literalmente, ha especulado, ha engañado, ha estafado mientras sus dirigentes se lucraban de una forma que, en sí misma, debería ser ilegal. En este país se han repartido billetes de forma injusta, siempre con la intención de sacar algún tipo de rédito. En este país la justicia sencillamente no ha existido (seguramente ha sido lo que ha funcionado peor porque el papel de la justicia es también el de controlar los excesos y garantizar un modelo justo).

Pero, digámoslo todo aunque resulte incómodo, en este país la gente iba cada mes al banco a buscar el regalo de rigor; nos volvíamos locos con la posibilidad de especular más y mejor, de recibir regalos por imposiciones con el dinero de la pensión de la abuela. La gente se compraba pisos de trescientos metros cuadrados que era de una lógica aplastante que no podría pagar, y no contentos con las hipotecas prohibitivas que los bancos daban alegremente, aprovechaba para redondear el dinero a pedir con el fin de cambiarse el coche (y no un utilitario precisamente). En este país el señor que viene a cambiarme el grifo me cobra casi cien euros por desplazamiento. En este país durante mucho tiempo los alumnos hijos de paletas te decían a la cara que ellos no querían estudiar porque su padre cobraba más que tú. En este país los padres de algunos alumnos, a pesar de no saber hacer la o con un canuto, eran capaces de cuestionarte hasta un complemento directo con el fin de que aprobaras a sus retoños que se esperaban mientras tanto en el BMW de su padre jugando con su iphone de última generación.

Y no sigo. No por falta de ejemplos, que podrían eternizar el post. Simplemente porque no vale la pena.

¿Estoy diciendo que esta crisis atroz nos está bien empleada? No, jamás pensaría eso, porque en este país, como en el resto del mundo, hay también gente honesta (quiero pensar que la mayoría) que jamás ha hecho trampas (y esas personas son ahora seguramente las víctimas más inocentes). ¿Estoy diciendo que los culpables principales de la crisis somos los ciudadanos? Evidentemente no, los culpables principales son quienes nos han gobernado durante estos años, y quienes se han aprovechado (políticos, banqueros, grupos de presión, poderes fácticos). Mi enfado con ellos es tan radical que en algunos momentos pienso que necesitaríamos una nueva Revolución francesa que saneara algunas cabezas que no merecen nada, ni siquiera los hombros que las sustentan. Pero no me parece justo, ni digno, no hacer la mínima autocrítica, sólo eso.

Iré a la manifestación dentro de un rato. Contra Rajoy, contra los políticos (todos, o casi todos, pero no contra la democracia). Contra todos quienes nos han llevado hasta donde nos encontramos ahora. Y pensaré que deseo un mundo más justo en que la mejor medida para medir el nivel de honestidad de nuestros representantes sea la misma honestidad de cada uno de nosotros.