Son difíciles de entender, por tanto de respetar, pues nos agarramos a ellas como a un clavo ardiendo. He oído muchas veces, referido a los inmigrantes, aquello de que deben adaptarse al país en el que se encuentran. Yo mismo lo he mantenido, y lo mantengo. Pero no conviene ser intransigente, y en eso como en casi todo lo mejor es siempre ser empático y ponerte los zapatos del otro. Y pensar, ¿me adaptaría yo tan rápido como les exijo a ellos, a los inmigrantes? La empatía es necesaria y hacer una prueba puede resultar iluminador.
(Los muelles del Albert Dock que tanto me gustaron)
Contaré una anécdota personal que no ocurrió siquiera en un país muy alejado a nosotros. Ocurrió en Gran Bretaña, concretamente en Liverpool hace un verano. Salimos a pasear por la tarde y quise tomarme un café rápido. Es decir, un café de barra. Entré en un bar bastante elegante (cerca de los muelles del Albert Dock) y me acerqué a la barra. Cierto que vi un letrero en que ponía Waiters only pero también lo pone aquí a veces y no hacemos caso. El camarero me miró extrañado y yo aproveché para soltarle en mi lamentable inglés One coffee, please. Sin dejar de mirarme musitó algo mientras me mostraba el letrero con un ligero movimiento de los ojos. Añadió luego, con esa retórica que se gastan los ingleses: Siéntese, estaremos encantados de servirle. Yo vi por dónde iba. No quería servirme en la barra. Puse cara de molestia extrema, de incomodidad, y sin darme cuenta de que estaba haciendo exactamente lo mismo que hacen muchos inmigrantes en mi país (y yo se lo censuro) no me dejé impresionar y le dije al señor: Tengo prisa y deseo tomarme mi café aquí. No lo dije con soltura, porque mi inglés no es de soltura que digamos. Pero eso es lo que quise dar a entender.
Los ingleses tienen la rara habilidad, que yo por cierto les envido, de decir las cosas más tremendas sin que les tiemble el flequillo. Obviamente no hizo ningún ademán, mucho menos un aspaviento. Sin siquiera sonreír pero en un tono enormemente amable dijo, muy serio, Señor, aquí acostumbramos a servir el café en las mesas. Probablemente fue la manera tan inglesa de decirlo, pero el caso es que aquel comentario no admitía réplica. Como un corderito me fui a una mesa inglesa (azúcar, florecillas, un tapetito fino según su criterio y hortera según el mío) bajo la mirada atenta de todos los clientes que me miraban muy disimuladamente. Me olvidaron enseguida, o lo pareció. El camarero, diligente, llegó al cabo de unos minutos con mi café. Me lo sirvió con mucha amabilidad y un punto de altivez.
Es evidente que yo pensaba que aquello era una estupidez enorme. ¿Qué más daba en la barra? Pero enseguida recordé una palabra pronunciada por el camarero (“aquí acostumbramos a servir en café en las mesas”). Es decir, dónde fueres, haz lo que vieres.
Es lo que tiene tratar de ser autocríticos: que de repente descubrimos que estamos llenos de contradicciones. Tiene una ventaja, eso sí: descubrir que podemos ser más tolerantes.
Els costums són realment estranys a tot arreu. Compaginar tots els costums sense cap mínim de soroll jo diria que és gairebé impossible i finalment acaba triomfant el més lògic des d’una perspectiva de respecte mutu…
Jajjj, aunque me hierve la sangre me parece que debo tener un punto británico, según lo expresas. No en balde me educaron ellos. Uno de mis eternos dilemas ha sido genética versus cultura, me refiero a los porcentajes que cada cual portamos de cada uno, resulta importante, no creas, ya escribiré algo al respecto, gracias por recordármelo. Petonets.
Aquí me posiciono con Galderich. Sin embargo, debo de hacer un matiz. Yo vivo en el barrio de Sant Antoni (Eixample). Hay un matrimonio magrebí ( o a mi me lo parece), que él hace que ella (su pareja), vaya con burka.. Se que es un caso extremo. No me opondría en Niger,, Togo o Pakistan, porque como bien se dice por aquí, son sus costumbres y ellos estan en su tierra, pero lo encuentro fuera de lugar en Barcelona, porque aquí si que no son “esas” las costumbres. En fin., me apunto a lo de la tolerancia. Salut
Yo me apunto siempre a la tolerancia; aunque también es vedad que observo muchas veces, otras costumbres que no me gustan nada y que además nos cuestan mucho dinero. No voy a referirme a nada en particular, porque todos sabemos, mas de una. El caso de tu camarero ingles, es “pecata minuta” y no tiene nada que ver con la transigencia que aquí debemos tener con ciertos colectivos. Lo sabes bien.
Saludos muy cordiales amigo Ramón
Si en vez de tolerar incluyéramos. Invito a cambiar la palabra “tolerancia” por la palabra “inclusión”, que tiene un significado más bello. Al incluir nos estamos abriendo a lo de otros, tolerando es solo no responder a lo que no nos agrada, a lo que nos molesta, aguantar:
Si aceptáramos que hay una sola raza, la humana. Y, que somos todos hermanos.
Si asumiéramos que los territorios son solo circunstancias del viajar o del sufrir, o porqué no del gozar también… como es el turismo, como tu viaje que nos narras.
Si así fuera… Todos estaríamos en casa donde fuera y nadie tendría que perder su identidad para adaptarse y ser aceptado en otra tierra que donde nació.
A la vez, el enriquecimiento cultural que tendríamos, imagínate sería ¡enorme!.
¡Caray! si todos por “x” o “z” hemos migrado a través de la historia.
¿Por qué lo hacemos tan complicado, verdad? Siendo tan, tan simple. Y ya nos queda muy poquito tiempo para eliminar todos esos complejos y tabúes, pues al agotarse los recursos naturales, ¿a quién le seguirá sirviendo riqueza, poder, dominio, superioridad, etc. entonces?? deseando un vasito de agua para no perecer, por ejemplo.
Fuerte abrazo, mi buen amigo!
p.d. Eso me encanta de los ingleses, lo flemático. Imagínate con lo apasionados que somos los mexicanos… tan llenos de emotividades.
Y hay algo más que olvidamos: todos necesitamos tener raíces y mantenerlas cerca de nosotros. Por eso nos emocionamos cuando, estando lejos, oímos una gaita o una sardana.
El mundo está lleno de centros gallegos, independientemente de la capacidad de adaptación de cada uno.
Lo triste es que lo olvidamos: hemos pasado de ser emigrantes a ser receptores y hemos perdido la memoria.
Jo no em trobe bé, veritablement bé en cap`lloc i és en el meu barri, i perquè ja conec moltes de les costums que arreladament he conviscut i viscut a aquest meu barri de Russafa de València que m’hi identifique, per exemple sé que puc anar a la major part de les botigues, bars, etc. i parlar en la llengua de mon pare, cosa que a l’example noble, el dels burgesos de la ciutat no pots fer amb tranquil·litat, o potser sí, i perquè estic totalment en harmonia amb els seus habitants, fins i tot amb els estrangers, el que vinc a dir-te és que normalment no hi ha un país que ens identifique i sí un barri, i potser per alguns una casa o una cambra o habitació. El cert és que deu ser una qüestió de estar de grat en un lloc, no només de l’apariència de comunitat i menys la comunitat política, jo a Alacant o a la mateixa Castelló m’he sentit com un polp en el desert.
I per això no sóc irrespectuós ni intolerant però tampoc no ho sóc amb mi mateix i tinc per costum quan isc al carrer fer servir el català-valencià, la llengua de mon pare en tots els àmbits, això sí si un estranger em demana per favor o simplement amablement de parlar-li en castellà jo de seguida passe a la llengua de ma mare i meua materna, el que no accepte mai són impossicions en el lloc que jo visc, doncs en contra del que ve, jo no tinc un altre on ser jo mateix.
I és cert “donde fueres haz lo que vieres”, però sense intransigències d’un o altre costat.
Vicent
Hay quien tiene que emigrar y nunca se adapta, es intolerante hasta con quien le da el trabajo que en su tierra no encontró. ¿Sabes lo más? Encontrarte con este tipo de personas en tu misma tierra al volver, es entonces cuando de verdad sientes el desarriago.
La vida no es una linea recta, adaptarse es una necesidad como la del respeto al otro.
Un abrazo.
És cert que hi ha coses que ens poden “xocar”, però tinc molt clar que a casa de l’altre no pots imposar ni els teus desitjos ni els teus costums. I qui diu la casa, diu el comerç, el barri, la ciutat, el país… No hem de renunciar mai a ser qui som, però igual que hauria de passar amb la religió, els costums personals són això, personals. I perquè ningú pugui reclamar drets ciutadans que no ho són cal que allò que és privat no sigui mai comú. Com la religió.
Pienso que el camarero se “paso” o por lo menos visto con nuestras costumbres. Creo que todos hemos ocupado el lugar reservado para camareros y no pasa nada. Pero también es verdad que si sus costumbres son servir el café en la mesa , tendremos que ir a la mesa
Te comentan que hay quien tiene que emigrar y nunca se adapta, es intolerante hasta con quien le da el trabajo que en su tierra no encontró. Ramon, tu sabes que pasan los años y si el camarero le dice que la costumbre es tomar café en la mesa se molesta en proporción a los mismos años que ha pasado aquí.
Y por último hay un matrimonio magrebí ( o a mi me lo parece), que él hace que ella (su pareja), vaya con burka.. No me opondría en Niger, pero lo encuentro fuera de lugar en Barcelona, porque aquí si que no son “esas” las costumbres. [Por lo menos por la dignidad de la mujer (esto es mio)]
Y tu Ramon tuviste que tomar el café donde el camarero dijo. En la mesa, porque eran sus costumbres
Creo que poco a poco llegará un dia que todo el mundo hará lo mismo. Ya no habrán costumbres. Francamente a mi no me gustará nada.
Qui perd els orígens, perd identitat.
Es verdad. A menudo se hace patente aquello de la viga en el ojo propio. Todos deberíamos tener más cuidado, y sobre todo con los que tienen una cultura diferente, poniéndonos en su lugar.
Salud y República
Donde fueres haz lo que vieres….. o algo así……Perfecto….
Tambien en los idiomas….. yo procuro hacerlo en los lugares que he visitado, Estado Español incluido……. Corresponsabilidad ……. muy poca.
Que poco o cuesta un bon día o buenos días en un momento determinado.
La manía que turistas ingleses, de que hemos de saber impepinablemente su idioma…. los visitantes son ellos……..
Costumbres…….. ¿Quien al visitar una país árabe, no lo han disfrazado de arriba abajo para entrar en una mezquita o lugar venerable?….. sin problema… acepto sus costumbres… soy el turista……
Pero indiferente al ver a alguna mujer tapada con o sin consentimiento, con un burka o similar en mi ciudad,……. lo siento no puedo…….
Tolerante,….. lo que querais, educación…. toda , ……
Pero…… solo pienso… sin mi condición de gay, seria respetada en uno de esos paises, de donde procede la señora que se pasea con burka en mi ciudad.
Besos Petons, Kisses
En Madrid, cerca de Chamartín pedí en un bar un descafeinado de sobre. Me pone el camarero en la barra la taza, con el el sobre de nescafé y el sobre de azúcar dentro y la cucharilla fuera. Total, me extraña, porque nunca lo había visto así, lo sacó y espero a me eche la leche. Pero el tío no viene, de un lado a otro y ni caso. Así que le digo: oiga la leche, y me dice el tío como sorprendido: eche usted el café y el azúcar, no? y yo: ¿para qué? para echar la leche. Conversación de besugos. Pues hijo en mi autonomía lo tomamos de otra manera. Tuve que echar café y azúcar y ya me echó la leche.
Por cierto, si vas a Cádiz no te sorprendas si pides tostada con mantequilla. Te la juntan ellos mismos en el pan XDD sin preguntarte jj
Totalmente de acuerdo, hay que ser empáticos y nos llevaríamos una sorpresa si nos pusiéramos de verdad en los zapatos del otro…
No debe ser fácil ser emigrante…
Yo pienso que cuando alguien tiene claro quien es no choca con ninguna costumbre racional.
El concepto Cultura y cultural es un concepto extraño para quien piensa que la mayoría de la Humanidad no deja de moverse por los mismos motivos desde hace miles de años y quizás esa es la única Cultura que existe, lo demás son meras puestas en escena locales.
No creo que sean “meras puestas en escena locales”. Más allá de lo superficial (ahí estaríamos de acuerdo: la anécdota del café, por ejemplo), detrás hay una manera de entender el mundo, de interpretarlo, y una manera más o menos primaria de vivirlo e imponerlo (cuando topamos con la religión, por ejemplo).
Enric, si examinamos las religiones en sus bases, responden a los mismos motivos.
Buscar respuestas donde no las hay, la presencia de un ser superior que lo crea y un habito de conducta que en la base no es diferente en unas y en otras nada más que en las formas.
Si extrapolamos esto a las necesidades primarias y sentimientos básicos, comer, beber, afan de enriquecimiento, egoísmo, envidia, generosidad, altruismo, belleza, envidia, pereza, para mi las personas de este mundo se mueven por parecidos mecanismos que se diferencian en la forma, más que en el fondo. Por aquí iba mi comentario.
Un saludo
Sí, Temujin, eso es cierto si hablamos de comportamientos y creencias básicos, pero en la práctica se dan según unas pautas sociales, según unos códigos y según unas normas de convivencia (que conste que no hablo del Estado ni de las instituciones, sino de la “tribu”) que aunque sólo sea por el pacto se les puede dar una cierta credibilidad siempre y cuando respeten las normas más elementales de la justicia.
Jo sempre he cregut que, de viure en algun poble o ciutat estrangera, intentaria adaptar-me tant ràpid com em fos possible. Començant per l’idioma i seguint pels costums. Dins de casa meva fotria el que em rotés, parlaria en català, ballaria sardanes i faria de casteller, però afora, el que mana en aquell país (quan he estat fora he menjat a ses hores i he celebrat les seves festivitats). I per això demano el mateix als immigrants que vénen a casa meva.
Es fácil criticar y juzgar, pero difícil empatizar y ponernos en el lugar del otro.
Un abrazo
Una cosa normal per a mi podria ser una barbaritat per a tu, o per a qualsevol familiar meu….amb açò vull parar-me a reflexionar….Si no ens entenem a taula…imagina com és de difícil fer-ho amb el veí o el inmigrant, o amb qui siga…
Amic, la tolerància, el respete, les bones maneres i la calma, pot ser algun dia facen de la vida un món millor, això és el que vull.
Abraçades.
Estupenda anécdota, Ramón. Es cierto y ojalá todos aprendiéramos a ser más tolerantes. Un abrazo
Esta entrada debería leerla mi hijo que me cuenta cosas parecidas, ya sabes que está en Londres. Yo creo que la empatía estaría muy bien con los que están fuera de su tierra.
Puedo ponerte un caso de Barcelona donde estuvo mi hija con su entonces novio hace unos años, en ninguna parte consiguieron que les hablaran en castellano por lo que las pasaron canutas y se sintitieron como en el extranjero. Imagino que tuvieron mala suerte porque no todo el mundo allí tiene esa falta de empatía con los demás.
Besicos.
Me has hecho sonreír largo y tendido con la anécdota. La has contado tan bien que veía la escena como si fuera una película. Estos ingleses… Pero como muy bien dices todos somos un poco “ingleses” con nuestras costumbres. Yo, que he vivido en varios lugares, lo tengo muy claro: “donde fueres, haz lo que vieres”; lo contrario es luchar contra corriente y agota.
Un beso, Ramon.