Estas dos palabras me han perseguido desde que dejé atrás la adolescencia. Durante la carrera de filología española era posible especializarse en una de las dos opciones. Opté por la segunda. De hecho, yo entré en filología por la literatura.
Ya entonces, el abismo que separaba la lengua de la literatura me parecía profundísimo. Comprendía que todo estudio literario se apoya en un uso correcto del idioma, pero no estaba de acuerdo con que cupiese en el mismo cajón el análisis lingüístico más pormenorizado y la estética literaria, con todos sus recursos, tradiciones y escuelas. Lengua y literatura, ya en aquellos años, me parecían dos disciplinas que solamente se podía entender que fueran de la mano por la tradición histórica que las había hermanado. He sabido más tarde que en otras tradiciones culturales, como la americana, menos dependiente de la historia, lengua y literatura no tienen nada que ver. Una cosa son los estudios lingüísticos, a menudo emparentados con la semiótica, la sociolingüística, la gramática histórica o la traducción, y otra los estudios literarios emparentados con la historia literaria, la cinematografía, la crítica, la estética y el teatro. Supongo que me hubiera sentido más cómodo en esa tradición pero, como digo, no fue la mía. En la carrera, los alumnos de la rama de literatura (que éramos la inmensa mayoría), pasábamos por las asignaturas de lengua como por un peaje académico inevitable.
En las oposiciones el temario estaba claramente dividido entre los aproximadamente treinta temas de lengua y los aproximadamente cincuenta de literatura. Nuevamente opté por los segundos. Y una vez estuve trabajando procuré coger siempre los cursos en los cuales se impartía literatura y no lengua.
La reforma educativa vino a estropear muchas cosas. La literatura perdió su exclusividad en algunos cursos y comenzamos a explicarla combinada con la lengua. Los temas, ahora llamados unidades didácticas, mezclaban todo: una parte de ortografía, otra de tipología textual, otra de literatura y otra de gramática. Hoy estás explicando los componentes de la oración y mañana te ocupas de Berceo. No me gusta pero es así. La literatura ha ido quedando para materias cada vez más optativas: la de modalidad de literatura española, que por supuesto no hacen todos los alumnos.
Pues bien, se ha producido a lo largo de los años un efecto curiosísimo. La lectura se ha ido alejando tanto de los adolescentes que hoy en día es muy tortuoso explicarla. En los últimos años ha sido básicamente aburrido, que es lo peor que puede ser algo. Yo, que siempre me había divertido mucho en mis clases de literatura, me di cuenta un buen día de que ya no era así. Los alumnos no participaban, tenía dificultades no ya para que se leyeran los libros sino sencillamente para que se los compraran, y lo que a mí me parecía apasionante (y tres años antes les parecía como mínimo interesante a los alumnos) ahora era aburrido y carecía del más mínimo interés. Que la asignatura fuera optativa no arreglaba las cosas (a veces se elige lite para no tener que hacer mates).
Puede pensarse que esta apreciación mía se debe a un mala promoción pero no es así. Es una apreciación que he ido forjando de forma muy lenta, a lo largo de los últimos años. Cada día es más difícil que los alumnos se conmuevan por la palabra escrita. Siempre queda alguno, pero cada vez menos. Y en ese contexto dar clases desde el apasionamiento es fuente casi segura de frustración. Hace años los alumnos podían no entender un soneto de Garcilaso o Herrera, pero decían qué bonito, o qué bien suena, o qué romántico. Ahora lo que me dicen es tan prosaico como, todos los poemas dicen lo mismo, profe, todos son como poemas repetidos. Juro, por si alguien puede dudarlo, que le pongo las mismas ganas de siempre, y el mismo cuestionamiento pedagógico.
Ha ocurrido lo inevitable. Actualmente me siento mucho más cómodo explicando lengua. Más cómodo básicamente por la respuesta de los alumnos. Al ser una disciplina mucho más científica es admitida con enorme naturalidad. La admiración que antes provocaba con los poemas ahora la provoco explicando etimologías diversas o proponiendo enrevesadas frases que siempre tienen una solución sintáctica.
No soy el único: el viernes lo hablábamos con una compañera. Qué lejanos nos quedan los tiempos en que podíamos disfrutar con una clase de literatura. Actualmente se da lo contrario a lo que pasaba cuando yo llegué a la docencia. Entonces, las materias más buscadas eran las literarias (segundo y tercero de BUP y la literatura de COU). Ahora ocurre justo lo contrario.
Hi ha una frase que diu quelcom així com “aquest poble té l’alcalde que es mereix” o semblant i és que com li he dit al meu amic Eduard al seu bloc, ja Austin, Lacan o el mateix Nietzsche parlen de que la realitat la fem nosaltres, i de vegades fins les realitats més nefastes, no és que tu vulgues que això no marxe, però hi ha un inconscient col·lectiu que així ho vol, en certa manera les guerres passen quan ens les creiem, quan ja no veiem més paraules que l’insult i després d’una llarga escala l’agressió.
El que vull dir-te és que vivim en un món on la figura paterna ha passat de ser la psique o el Pare familiar a la ciència i ja es veu més paternal un algoritme matemàtic que un poema romàntic de Becquer.
Que hi farem? la veritat és que tots en certa manera ho hem temut i així ho hem desitjat i ja ha arribat, espere que només siga un canvi de pare i no una conflagració.
Vicent
Fa anys, quan jo era joveneta ja hi havia debats sobre si la literatura havia de ser o no una assignatura, aleshores no ho tenia clar però amb els anys crec que sí i, encara més, recuperaria aquelles antologies que ens feien llegir i que et donaven un bon panorama general més que no aquestes llistes sempre curtes de ‘llibres obligatoris’, tot es pot compaginar. Aleshores eren en castellà però podrien ser en català i castellà, fins i tot en francès que era l’idioma que s’estudiava, al batxillerat et feien llegir un llibre que era una antologia molt acurada. El llatí i el grec també els van col·locar a les golfes especialitzades. Hi ha molts problemes en l’ensenyament actual, un és el que apuntes, el menyspreu per les humanitats, i l’altra, l’excessiva especialització aplicada, també, a les HUmanitats, no es tenen visions generals de la història -lligada a la llengua, la literatura, la ciència-, tot s’estudia a trossets, fins i tot em temo que té el mateix problema la medicina.
El hecho de que Pedagogía (la carrera) se haya cambiado por Educación y Sociedad (que es así como la denominan), da la idea de la poca profundidad de miras de quien lleva la enseñanza. Y estoy contigo y con JÚLIA en las apreciaciones ¡ Salut
Tu eres el especialista, pero , para mí, la belleza de la literatura comienza por la lengua: alienus da ajeno en castellano; en gallego, alleo. De ahí salen alienígena y alienado. También enajenado . (En gallego, alleado) y, dime, Ramon ¿no es literatura que uno pueda ser otro, que tu puedas ser otro diferente a ti mismo? ¿no es literatura que alguien determine que tu no eres tu? ¿quién es el loco? ¿no es eso literatura?
Qué pena leer lo que has escrito, lo sieento mucho querido Ramón, siendo profesor lo tienes que pasar mal, y es una pena, que no les inciten a leer, y leerles a los niños desde pequeños para que lean libros y se sumerjan en ellos.
Yo, cuando era apenas una niña, en Sabadell, salía del colegio y me iba a la biblioteca, me llevaba libros a casa etc…Y no tenía dinero para comprar libros y leía y sigo leyendo y mi biblioteca está muy bien surtida, no los he contado pero miles, y ojo , todos leídos tengo un despacho y ahí es el sitio preferido de mi casa, ahí estoy horas, ya sea con mi blog, o consultando libros.
Un fuerte abrazo ,profesor y buen domingo, muchas gracias por compartir tus vivéncias.
Qué extrañas redes se ocultarán en esos devenires? Y es que por acá, se ha dado el recorrido inverso, y hay una nueva pasión por las literaturas. Un abrazo,
El mundo se transforma muy rápidamente y nuestros alumnos tienen otras prioridades que las nuestras, nuevas formas de entender lo que les envuelve. Las máquinas se han transformado en nuestras extremidades y al cúmulo de información se responde con la rapidez para la consulta. En youtube tienen sus estadísticas de los vídeos que se ven y los que no. Tienen claro que más de 1 minuto la consulta del vídeo baja significativamente. Para quedar no concretan (no concretamos) nunca sinó que quedamos que ya nos llamaremos y sobre la marcha nos encontraremos porque nos localizaremos por el teléfono móvil.
En unos años todo se ha transformado y la educación lo está viviendo en primera persona. No hablo de valores que “siempre los nuestros fueron los mejores respeto a los actuales”, sinó de temas prácticos, de velocidad. Tus apuntes, por ejemplo, son demasiado largos para internet. Requieren un mínimo esfuerzo que mucha gente no está dispuesta a asumir.
En fin, no es que tu hayas perdido predicamento, sinó que el mundo se transforma y las necesidades y aspiraciones de los alumnos son diferentes, más prácticas. Así pues, ni la literatura ni el arte (mi asignatura) cuentan en la actualidad sin la etiqueta de “prácticas”. Por esto siempre reivindico delante de mis alumnos la “inutilidad” de la materia impartida. Ser conscientes que no sirve para nada práctico, execpto para unos cuantos, sinó sólo para nuestro propio placer. Son materias onanistas, y los alumnos las han de percibir así.
Es triste leer lo que cuentas. Para personas como yo, que hemos sido inmensamente felices descubriendo la lectura de la mano de apasionados profesores, que hemos sentido el gozo de descubrir a autores que calaron para siempre en nuestro espíritu… Sí que es triste, pero te diría que no te dejes engañar, que en ocasiones los chicos tienen actitudes externas muy pasotas, aunque vibran por dentro con un buen poema o un buen texto.
Actualmente, todos los jóvenes son pantalla-adictos. Entonces, quizá, bueno es que la literatura salte también a las pantallas.
Me niego a que se pierda el interés, me da una inmensa tristeza.
Y te entiendo, claro que te entiendo, bien lo sabes, como entendía a mi Celia y a la fallecida Carmen Vidal.
Bueno, en mi corto entender no es posible la una sin la otra y supongo que para aquellos “guasapeadores” que apenas utilizan las vocales y sus frases están llenas de símbolos deben ser igualmente tediosas ambas materias.
un abrazo
Jo sóc de lletres, però de lletres pures: llengua, literatura, llatí i grec. La imatge ha guanyat clarament a la paraula escrita entre el joves d’avuí i per això és tan clomplicat “ensenyar” literatura i molt més còmode explicar llengua. Com sempre tornem a la cosa pràctica entre la que pareix que no es troba la literatura.
Me ha gustado mucho el comentario de Galderich, eso de las materias onanistas… Siempre fueron mis preferidas. La Literatura siempre, la Historia en la Universidad, la Filosofía en el instituto. De todas tuve la suerte de tener profesores fantásticos a los cuales les gustaba tanto, pero tanto su trabajo que terminaban por transmitir el entusiasmo. A Doña Marina, a quien nadie tuteaba porque no se dejaba, que era una señora imponente, guapísima y eso que estaba hundida en la senectud (eso pensábamos nosotros a los diecisiete, jaja) ella tendría sesenta, quizá menos) le había dado clase Gerardo Diego en Soria. Lo detestaba; a él y a Juan Ramón. Me contagió ambas fobias y la pasión por Miguel Hernández y Manuel Altolaguirre… La lengua no me gustaba, o, lo que es peor, me daba igual, la estoy descubriendo ahora que ayudo con los deberes a mi niño de segundo de Primaria…
La única aplicación práctica de la literatura es como han dicho el placer, la alegría de reconocerse.
Un beso
Aún sin tiempo para nada, a las tantas, ya ves me ha resultado un verdadero placer leer esta entrada, será deformación profesional. Como se me cierran los ojillos te deseo buenas noches y “a demá”. Petonets.
Hola buenas, muy importante el artículo.
Gracias por compartir algo novedoso, distinto a la par que necesario.
Saludos,
Francisco M.
El desinterés por la lectura se observa en primaria, como te puedes imaginar. L lectura se ve como algo aburrido, posiblemente engullida por la narrativa audiovisual. A priori no le veo nada problemático, porqué el lenguaje audiovisual usa tantas formas retóricas y tantas figuras como el escrito, y te permite llegar a los mismos lugares.
El problema empieza con la escasa comprensión que resulta, las dificultades evidentes y crecientes que tienen los alumnos para contar qué han leído, de qué trata. Cuando aparecieron las “competencias básicas”, en el tema de la lectura se hizo mucho incapié en la comprensión, y sin embargo mi impresión es que sigue retrocediendo.
Hay alguna paradoja en todo esto: a más actividades de promoción de la lectura, menos lectura comprensiva o de calidad.
Hace un par de años salió un estudio sobre la percepción de la recogida selectiva en los contenedores (me voy a otro tema, pero creo que es pertinente): el conocimiento de la recogida selectiva es enorme, pero hay una amplia franja de edad (desde la preadolescencia hasta una edad bastante elevada) en que se desprecia. El estudio sugiere que quizás se ha insistido demasiado y se percibe como una imposición del poder.
¿Igual por repetir mucho que es importante leer hemos generado rechazo?
Ciertoque hoy hay demasiada oferta audiovisual par que los adolescentes se fijen en la literatura, pero yo no perdería la fe. Creo que cuando maduran, se dan cuenta de que en la lectura pueden encontrar otras cosas que no les dan los otros medios…
A mi la lengua nunca me gustó…jajajaja, sin embargo me encantaba la literatura.
Entiendo tu frustración, pero no pierdas el entusiasmo por la literatura…tal vez si ven una peli basada en un libro …luego les interese la novela…no se, pero Ramón, no te desanimes, te lo repito.
Petons
Yo empece a leer todos los días al año siguiente de dejar de estudiar. Escribo mal, mi sintaxis es deficiente, pero me encanta escribir cosas y para mi, eso es lo importante, eso y querer aprender…
Algunos jóvenes que ahora no muestran interés, es posible que con el tiempo lo adquieran y la semilla que tu plantas se desarrolle de un modo más lento.
Un saludo.
me da mucha pena leer cosas como estas, y mira que yo no entiendo mucho de literatura porque escribo con las tripas, pero para mí leer es lo mejor de esta vida, y si se lee mucho se aprende y se nota. Habría que motivar a los jóvenes y a todos en general de alguna forma para que amen los libros y dejen unn rato las tecnólogía. En fin, lo espero y lo deseo.
BESICOS.
Es un tema que preocupa, hay mucho desinterés por los chicos de hoy. Se interesan por el mundo de una manera muy diferente, desde otra perspectiva. Una brecha muy grande. La manera como están deformando las palabras por escribir más rápido en sus códigos. No sé donde irá a parar todo esto, más bien no creo que ya pueda parar. Quizá haya que enviarles mensajes que capten su atención por segundos y luego cambiarles por otro. Pues una cosa muy cierta es que tienen la atención dispersa, observa como tienen la mirada perdida cuando les hablas y aunque oyen, no escuchan, no se enteran a fondo de lo que se trata frente a ellos. El móvil inteligente, les está sustituyendo sus neuronas… es la nueva droga y por supuesto que ha sustituído al cigarrillo. El otro día un chaval me dijo, así como ustedes fumaban, nosotros ahora tuiteamos, nos proporciona un placer similar y nos evadimos de todo lo que no nos gusta, que es TODO!
Uf! me resulta difícil comprenderlo, pero si me pongo en sus zapatos, es muy desagradable el mundo que les estamso heredando, no crees? Mándales todo por tuit… jajaja!
Te entiendo, pero pienso como Galderich, que todo va cambiando, i que los alumnos tienen que aprender cada vez mas cosas, y como además les ditraen y atraen mucho más las pantallitas, la literatura pasa a un segundo término.
Pero estos chicos crecerán y al final necesitarán beber de las fuentes de siempre, que es posible que se las facilite la informática. Pero una vez allí, investigarán
y querrán guardar este mundo fantástico de los libros, y acabarán haciéndose con ellos y hasta desear poseerlos
Desde que el mundo es mundo, Ramón, siempre la humanidad ha encontrado los mecanismos necesarios para evitar su autodestrucción. Y la vida va siguiendo, mejorando unas cosas y empeorando en otras.
Un abrazo.
Yo he sido siempre muy buen estudiante, aunque había cosas que me gustaban más que otras. En el caso de la lengua y la literatura era curioso. En el instituto, en literatura siempre sacaba muy buena nota, nueve o diez. Claro, es que me encantaba. Tengo grandes recuerdos, como a una maestra que tuve de Salamanca, que nos recitaba con acento castellano aquella pastora de la Finojosa. Yo he disfrutado con el Cantar de Mío Cid, con Quevedo, con Lope de Vega y luego con muchos más , es innumerable.
También recuerdo como con catorce años nos obligaron a leer La Celestina. Te puedo asegurar que yo no abandoné la lectura porque me encantaba leer, pero eso no se puede mandar con 14 años…
Sin embargo, la lengua no la soportaba, sujetos, predicados, oraciones subordinadas, …ahg siempre sacaba un seis… la misma profesora que me daba literatura no se lo explicaba… y es que pienso , que lengua y literatura no van juntas… aunque sean hermanas. 🙂