Siempre suelo desconfiar de aquel que dice que él/ella no tiene banderas. Lo cual no significa que no le crea en absoluto, sino sencillamente que desconfío. En los días anteriores a la manifestación independentista del 11 de septiembre Barcelona, y supongo que Catalunya entera, comenzó a llenarse de ellas. Senyeras y esteladas. Cuando tres días antes entré en un chino que hay al lado de la Sagrada Familia para comprar unas pilas y el chino me preguntó si “quelía esteladas” imaginé que la mani iba a ser cosa fina, como al final fue. Y, como daba a entender el chino, las esteladas se agotaban y comenzaban a aparecer por muchos balcones, y luego en los hombros de la gente el día 11.
(Mi casa el día 8 de septiembre, tres días antes de la manifestación del día 11. Mi balcón es el de la estelada del segundo piso)
Lo curioso del caso es que tras la manifestación mucha gente no descolgó las banderas. Yo mismo no lo hice. Mi hermano tampoco: me dijo que él iba a dejarla hasta la Mercè, es decir, la fiesta mayor de Barcelona, que fue el 24 de septiembre. La dejé pues. Luego, el día 25, la descolgué. Pero mucha gente no lo ha hecho. Hoy mismo, casi un mes después, venía por mi barrio y, a 24 de octubre, muchas banderas siguen ahí. Y cuando digo muchas quiero decir muchas.
¿Tan nacionalistas somos los catalanes? Es decir, ¿tan insolidarios, desagradables, cerrados y cerriles? O, ¿será sencillamente que muchos estamos hasta las narices?
Las banderas surgen cuando hay algo que reivindicar. A mí me hacen mucha gracia los españoles que se las dan de que ellos no son nacionalistas. Será que no tienen necesidad. Seguramente si esos españoles se sintieran sometidos sacarían la rojigualda a la mínima que pudieran. Si yo vivo en una finca en que no hay problemas no sacaré ni banderas ni pancartas. Si hay algo que reivindicar entonces descubriré el valor y la necesidad de ambas cosas.
Siempre que alguien dice que no le gustan las banderas yo pienso que, o no tiene necesidad de reivindicar nada o sencillamente no le gustan las banderas mayoritarias de su entorno. A mí sí me gustan. Porque el hombre necesita luchar para cambiar un mundo que está mal hecho (lo siento, Guillén). Luchar para arreglar todo lo que no funciona, las injusticias por ejemplo, los atentados a los derechos humanos. Y las banderas son, en ese caso, un símbolo de todo lo que nuestra alma espera. Yo tengo muchas banderas, muchas. La blanca. Imposible renunciar a ella. La verde, necesaria como el comer. La roja, que bien entendida debiera ser la garantía de un mundo realmente justo. También la que tiene muchos colores, porque defiende los derechos de minorías. La olímpica, que es el sueño del esfuerzo humano sin trampas. La de la vela rodeada de una alambrada, porque simboliza la lucha contra las injusticias. La del sol que sonríe, porque simboliza un mundo de energías renovables alejado de los peligros nucleares.
¿Cómo no voy a creer en las banderas? Significaría no creer en todo lo que queda por hacer.
A nivel nacional también tengo mis banderas. ¿La europea con las estrellas? Sinceramente, cada día la siento menos mía (Europa es dinero, poca cosa más…) ¿La rojigualda española? Definitivamente no. No puede ser mi bandera porque sencillamente me pone de mal humor, señal de que no me siento muy unido a lo que simboliza. ¿La republicana española tricolor? Me cae bien y me merece un gran respeto, pero no tengo del todo claro que pueda un día ser mi bandera. ¿La catalana? Sí, es mi bandera. Porque ya no aspiro a ser otra cosa que la que soy, me guste más o me guste menos. La estelada, por su parte, es una variación de la catalana; es lo mismo que la catalana pero para quienes queremos más. La mía, también. Sobre todo la estelada verde, muy poco conocida, que a los anhelos nacionales les suma la urgencia ecológica y de justicia social.
Cuando hablamos de independentismo nos sentimos siempre con la necesidad de señalar que eso no va contra nadie. Es el miedo, el miedo que nos inoculan, que hace que veamos nosotros mismos el independentismo como una forma de agresividad cuando no lo es. Ayudan mucho quienes se erigen en portadores de los sueños buenos (los míos son los buenos, los tuyos no). En cualquier caso, para mí el independentismo no es otra cosa que un asunto administrativo. Nada más. Yo quiero que mi administración sea otra. Otra más cercana, que me entienda más, que me respete más. Pero estamos en Europa y afortunadamente las fronteras aquí ya no existen. Yo puedo ir a Francia, a Italia, a Polonia, sin sacar siquiera el DNI de la cartera. No queremos fronteras añadidas, no. Queremos administraciones que nos comprendan mejor. Esto y no otra cosa es mi anhelo independentista. Por otro lado, el mundo sigue siendo el mismo, las relaciones también, y las necesidades de lucha (por la justicia social, por un entorno sostenible, por los derechos de los más débiles, contra los excesos de la oligarquía que nos ahoga) persisten, más vigentes que nunca.
¡Qué bonito un mundo sin banderas!, dicen muchos. Sí, claro, sería un mundo en el que ya no queda nada por reivindicar…
Hola Ramón, yo tengo todo el año, desde hace dos años la Estelada, la puse para el 11 de septiembre del 2010, y ahí la tengo, y tenía ya la del Barça, así que tengo dos, las que me gustan y quiero.
Y miedo no tengo a nada y lo que tenga que venir que no lo veo y noto nada bueno, VENDRÁ y pasará lo que tenga que pasar, te doy la razón en muchas cosas de las que dices, porque la tienes y porque estamos HARTOS, como dices de tanta política barata, y de los políticos tan caros, HARTA ESTOY.
Un saludo muy cordial y que tengas una buena semana y mejor finde.Abrazos.
No me atraen las banderas, los himnos, las fronteras, los pasaportes…, un saludo.
Qué emocionante entrada. Y ahora pienso en la pertinencia de mostrar las banderas. Digo, esas banderas que en realidad son internas pero que, en ocasiones necesitamos mostrar para expresar nuestro disgusto o nuestra alegría. Amo mis banderas, pero tal vez no sea necesario andar exponiéndolas cada día. Un abrazo.
Doncs jo no he penjat mai bandera al balcó de casa, ni crec en elles. Malfia de mi.
si la tingués, jo trauria la grega, la de la nostra mare pàtria grega, ara que s’enfonsa occident.
La resta, em deixen indiferent.
salut !
Mientras te leía me acordaba de la canción de Labordeta :.”..He puesto sobre mi mesa todas las banderas rotas.
Las que me rompió la vida, la lluvia y la ventolera
de nuestra dura derrota…”
Pero claro, tu entrada es un canto a reivindicar las banderas. Yo tengo dos en mi casa, una tricolor, y otra roja, del Che. Esas son mis banderas, tengo otras que no expongo pero que reivindico, como la del arcoiris 🙂 que además es pacifista.
Un beso.
Yo tambien tengo una estelada: blanca y azul con una estrella.
No trauria ni una coma del teu escrit. Em sembla rodó i combrego absolutament amb el que exposes. Els catalans només volem ser el que som, seguir sent tan amics de tothom i respectant, com hem fet sempre, les idees, llengües i religions dels que viuen a casa nostra. Quin mal hi ha en consultar pacíficament i democràticament a la gent?,. No deien que sense violència es podia parlar de tot?, amb això ja queden prou retratats.
La legalitat que tant esmenten no significa res, la pena de mort també es legal en molts llocs del mon i altres coses deplorables també son legals, perquè doncs, només parlen de legalitat?. Segurament per falta d’arguments sòlids.
Si las banderas equivalen a sueños de justicia, de conseguir un mundo mejor, vivan las banderas. Por norma general, los humanos las necesitamos para unirnos bajo su ondulación. Nos unen en los sueños precisamente; otra cosa es cómo interpreta cada uno estos sueños.
Jo vaig anar a la manifestació però els vaig prohibir, si prohibir, que es posessin la bandera al coll com si fossin superman. Les banderes estan bé quan signifiquen alguna cosa que no implica superioritat ni violència.
Sobre els himnes… només m’emociona un de molt violent i cantat a Casablanca davant dels nazis. M’emociona, què hi puc fer? Però em temo que és més per les circumstàncies que pel que diu i pel país que és que m’importa ben poc.
De tot plegat el que espero és que finalment es reformii la constitució del 1978 (signada sota amenaça de cop d’Estat) i si som independents bé i si estem a Espanya amb unes condicions acceptables també perquè crec en el federalisme. Malgrat això em sembla que del federalisme només hi ha seguidors a Catalunya i a a la resta d’Espanya com si sentisin ploure.
En fi, la constitució que vull ha d’anul·lar l’exèrcit, el senat, el ministeri de cultura, la superioritat d’una llengua sobre les altres,.. En fi, és la carta als reis.
PD. Acabo de veure que he escrit inconscientment en català. La intenció era fer-ho en castellà però es veu que m’he animat i ha sortit així…
Me gustaría que se pudiera consultar libre y pacíficamente a los pueblos sobre cual desean que sea su destino. Me gustaría también que quien manifiesta la voluntad de hacerlo lo hiciera de verdad para que su pueblo pueda expresar ese deseo y no para evitar que hable de otra cosa… que también pasa.Me gustaría que por una vez, sólo por una, el mío dejase de ser un país de venteros, de juan haldudos, de duques y de curas y fuera de verdad un país de quijotes.
Un abrazo grande
Te entiendo, pero yo perdi la fé hace años en todo eso…pensaras que soy una pasota, es posible no lo sé, lo único que sé es que siento una gran tristeza porque ya no me creo nada de lo que dicen…y eso, para mi, es muy doloroso. Te envidio porque tu crees en ello.
Petons
Yo soy muy andaluz y llevo siempre algo que me identifique con mi bandera blanca y verde… una pulsera ahora… pero te dejo una frase de Carlos Cano: Cuando escucho hablar de patria y bandera, cierro los ojos y me echo a temblar.
Pues eso 😛
És complicat el tema de la pàtria, per a mi la única pàtria que conec és la meua llengua, és a dir les meues llengües, són el tret que com a altres les banderes em posen els pèls de punta, quan sent parlar a un argentí en castellà o a un xativenc en català-valencià o a un amic en francès, alguna cosa en mi complementa el meu nus i em fa joiós, ara les banderes són com si me parlaren del Sevilla CF, no em fan massa moviment al meu cos.
I he de dir-te que el francès m’és més intents com més el parle jo, més que sentir-lo parlar, ara les altres dues em fan sentir goig i gaudi en veure que tinc una part de la meua ànima que pot connectar amb els altres gràcies a una emanació de quelcom que no existeix, quelcom simbòlic.
Vicent
Y yo, con permiso de ustedes, decir que ya perdí la fe en las banderas. Lo siento. Salut.. Bon día
Las banderas sirven, a mi modo de ver, de punto de referencia bien cultural, bien político o social, o reivindicativo. Poco más. Las banderas a menudo, para muchos, significa poder, tiene fuerza, dominio sobre otros. Bajo banderas se han cometido las mayores tropelías de la historia y los actos más heroicos.
Nunca me han interesado demasiado, a la española no la siento por la utilización espuria que de ella han hecho y hacen muchos españolísimos. Respeto a todas, y si exhibo la republicana a veces es por una cuestión reivindicativa pero sin pensar más allá, me sirve de símbolo como me podría servir esa mujer que representaba la segunda república.
Hasta ahí llega mi amor a las banderas, respeto por las creencias de los demás, siempre que sean pacíficas y reflejen valores comunes y no dominación o poder sobre otros.
Salud y República
Creo que es muy bueno y muy saludable que tengamos un debate sobre el modelo de estado que queremos, así, tranquilamente y contando cada uno lo que espera y lo que quiere. No porqué el señorito Mas ahora diga que toca nos vamos a liar todos con su discurso, a discutir en sus términos.Si queremos cambiar el modelo de estado debería ser por el proceso salido de un debate amplio, de abajo hacia a rriba y no eso que estamos viendo.
Aunque comprendo lo de la bandera-reivindicación yo no soy de banderas, jamás he puesto ninguna y si un día la pongo creo que seguiría siendo la republicana, la de nuestros abuelos.
En mi barrio (casi periferia de una ciudad del cinturón de Barcelona) han surgido banderas esteladas por el centro, pero aquí donde estoy yo menos, y curiosamente también unas cuantas banderas españolas. En algunos bloques empatan, en otros hay mayoría de españolas. También han aparecido las dos banderas juntas, atadas por un nudo. Yo ya no sé que significa cada variante, me pierdo y debo decir que esta exhibición textil me parece desasosegante y testosterónica.
Mi ideal sería que hubiese un debate menos abanderado y que se llegara a algún modelo ideal de estado (una propuesta de constitución y de relación persona-estado), y luego ver como se encaja en el paisaje: si la opción buena es la independencia pues independencia. Y si es el federal pues federal. Sin dramatismos ni apelaciones a los tanques, ni tampoco a Braveheart (acaba de aparecer una novelita “histórica” que bajo el título lleva la frase “el Braveheart catalán” para atraer compradores aguerridos).
A veces dudo de si estamos viviendo un momento histórico y crucial o si sencillamente vivimos una maniobra mezquina de nuestros incompetentes y corruptos dirigentes, que terminará diluido en la nada mientras siguen destruyendo conquistas sociales, privatizando creando pobreza.
Esa duda me jode, y perdona la expresión (y el rollo patatero que te dejo).
Estoy contigo de principio a fin, Ramon. Cada uno es muy libre de tener sentimientos hacia una bandera o no, mientras no hagas mal uso de ella. Que quieres que te diga. Hay gente que escucha Patria y bandera y le viene el terror. A veces esto me recuerda a aquellas personas que te dicen que son ciudadanos del mundo; ni de su pueblo y punto. Esto si que no lo entenderé nunca, porque al final también ellos se identifican con algo , supongo.
Yo siento la mía mande Más o Pepito Grillo.
Las banderas son ideas compartidas o son el símbolo de un colectivo. El rechazo que hay en algunas partes a la bandera de España es fruto de la apropiación indebida de la bandera de un país por una parte del mismo. En España, se lo ha apropiado la derecha y en Cataluña los independentistas (la otra derecha). El nacionalismo va en contra de la Justicia Social, el español y el catalán, cuando se habla de solidaridad todo el mundo piensa en la solidaridad vertical que los más ricos paguen más y a todo el mundo agrada. Sin embargo hay otra solidaridad la horizontal, que es entre los territorios, los más ricos deben contribuir a que los menos afortunados prosperen, ¿como se hace eso? pues muy fácil, vía impuestos, así los alemanes pagan más impuestos para que Eslovaquia prospere y tenga infraestructuras (por ejemplo) y pueda ganarse la vida ella sola en breve.
Esta ultima solidaridad es la que a los nacionalistas les molesta y les ofende, queda mucho mejor repartir caridad o hacer misiones “humanitarias” o carreras “sin fronteras”. Siempre quejándose de lo que pagan (como hacemos todos).
Curiosamente si un individuo que gana 50.000 aurelios se queja de que le cobran impuestos para hacer hospitales para todos es insolidario, pero cuando un pueblo hace lo mismo es “nacionalista”.
Me molesta que una parte de la sociedad se halla apropiado de mi bandera. la que tengo colgada en la parte inferior del blog y que a ti casi te da un yuyu cuando la ves. Es la bandera de España porque soy español y soy español porque naci en Burgos que es una ciudad de la península Ibérica y quiero que los habitantes de esta península tengan una vida digna, al igual que los de Marruecos o los de Italia.
No soy de los que gritan soy español cuando gana la selección, ni soy del PP (que me lo preguntan algunos cuando ven una pequeña bandera de España que llevo en el coche). Con el nacionalismo mal entendido se produce una sectarizacion de los habitantes de un territorio y cuando alguien agita una bandera pidiendo la independencia, yo vigilaría, y mucho, que pasara el día después, ¿los bancos dejaran de quedarse con los pisos y los embargados con las deudas? ¿que sistema electoral tendrá ese país? ¿que sistema impositivo? ¿que leyes regularan ese pais?.
En las ultimas elecciones vascas los votos nacionalistas vascos PNV y BILDU han sido 660.554 es decir el 37,88% de la población, sin embargo estos “puristas” se creen con el derecho a hablar por toda la población y sin embargo son tan solo uno de cada tres, ahí es donde esta el peligro, como en España son solo “verdaderos españoles” los del PP. Craso error. Lo malo no son las banderas sino quienes las manejan y con que propósitos.
A mi ahora me preocupa la gente que se queda en la calle, los parados, los hambrientos, la juventud que posiblemente se quedará sin poder estudiar, la represión policial de un pueblo que pide Justicia y no veo esa bandera por ningún sitio. Un saludo y perdona la extensión.
Pues a mí…que quieres que te diga…… me gustan las banderas al viento…y como tal en mi casa desde hace unos años, desde 2002, ondea una(pequeña) griega, que voy renovando, y que me sirve de veleta y que me hace recordar a la ciudad y país que amo.
Y desde el 11 de septiembre famoso, ondea una estelada, con triangulo azul, preciosa, que me ha hecho recobrar la esperanza.
También tengo una republicana, para cuando llegue el día……
Eso que no le gusten a alguien las banderas,,,lo entiendo…
A mi, cuando me hablan de religión, o veo alguna sotana,tiara, o chorrada similar…. me entran nauseas….. raro que es uno……
Besos
Yo también la he dejado colgada, bueno, colgada no, la tengo en un mástil porque la ventolera en mi balcón es de órdago y se lo lleva todo. Que la senyera existía antes del sr Mas, que no se confundan.
La bandera es un símbolo representativo, ya veo que tú la colgaste en tu balcón.
Un beso.
Si las banderas sirven para unir causas por las que vale la pena luchar, soy amiga de las banderas. Es de sabios luchar por lo que uno cree que es justo.
Anda nene..que ya te vale
Mi apoyo al pueblo catalán en su deseo de independencia, en especial cuando le da con la puerta en las narices a la una, grande y libre, del crimen económico organizado que nos gobierna.
En el terreno práctico creo que servirá para la imprescindible localización de la economía. Como pais, Cataluña podrá imprimir su propio dinero y quizá así escapar de la plutocracia española y el saqueo por parte de “los mercados”. Aunque me temo que los ricos catalanes tampoco son unos benditos.
Parece que la única forma de escapar a la caterva neoliberal globalizada es dejar de jugar a su juego.
Hola Ramón: no se si es bó o dolent, si es politicament correcte o incorrecte, si es practic. o nó, si em beneficiarà o em perjudcarà. peró jo em confeso una patriota, sense remei, i quan veig els colors de la senyera, m’esborrono.
(Amb tots els respectes, per totes les banderes, i les ideologies de tos els paissos del mon)
Salud,,amic, i bon capde boletaire i plujòs
El problema de las banderas es que tienen un significado muy claro para el que las cuelga y otro muy subjetivo para quienes las interpretamos. Preferiría colgar explicaciones, pero no puedo.
Muy interesante.
Estoy con tus muchas banderas… blanca, verde, roja, multicolor… tantas…
Queda mucho por reivindicar y hay que ser abanderados!!!
Un saludo,
Sí, amigo mío.
Hay tanto por lo que luchar que las bandera son cada vez más necesarias, porque unifican en la lucha y en la esperanza.
Me sigue gustando la republicana y no pierdo la esperanza de verla ondear un día.
Un abrazo grande.
Tengo familia en Catalunya, hermanos, sobrinos, amigos y nunca me he sentido extraño en esa tierra, al contrario, cada vez me gusta más ir aunque no pueda hacerlo tanto como quisiera, pero no acabo de entender los nacionalismos, ni el catalan ni el español, los nacionalismos me parecen egoistas y de esa forma no se consigue ninguna de las reivindicaciones que haces y que en su mayoría comparto y hago mías, yo también quiero un mundo más justo, más solidario, pero sin muertes por defender trapos ni banderas.,Yo soy más partidario de los simbolos, palabra que procede del griego,”symballo”. “juntar, encontrarse.
Un saludo.