(Escribí este texto el jueves por la tarde, tras enterarme de la noticia triste. No tenía claro si lo iba a colgar en el blog. No sé por qué lo hago: recordaré a Geni igualmente, aunque no hable de ella. Pero ya que la conocí aquí, aquí quiero despedirla.)
Qué raro lo de hacer amigos en internet… Qué raro si lo pensamos bien. ¿Son realmente amigos? Algunos sí, cuando trascienden ese marco. Otros son conocidos. Otros, meros saludados. (Josep Pla dividía a los llamados amigos en estas tres categorías). Pero una cosa tenemos clara todos: que no es necesario llegar a la categoría de amigos personales para que una persona llegue a influirte, o llegues a sentir por esa persona cariño, admiración, respeto.
Conocí a Geni (a la Geni, como yo la llamaba, así, con el artículo, como hacemos aquí) en esto de los blogs. Intercambiamos algún mail. Sus escritos, siempre comprometidos a través de su blog Llamps i trons, valientes, a veces descarnados, nos animaron a un grupito que estábamos en el blog común Grito de Lobos para invitarla a formar parte. Vino y escribió en ese proyecto común. Pero al poco tiempo dejó de hacerlo. Estaba enferma.
Me admiró en este tiempo como lo llevó. Qué incómodo, debo confesarlo ahora, no saber qué decir a sus entradas sobre la enfermedad que se la iba llevando. Hay veces en que los humanos nos sentimos burdamente pequeños. A mí me ocurre cuando me enfrento a la muerte: se me acaban los argumentos, y sin mis argumentos no soy el mismo. En esos momentos siento que sólo puede hablar el afecto, pero, ¿cómo dejar que hable el afecto sin que suene a despedida antes de hora? No me manejo bien ahí, lo sé.
Geni me ha dejado muchas palabras. Palabras que yo intuyo cargadas de razones y de coherencias. Sé que coincidía con ella en muchas cosas, muchísimas. Sé también que la gente que nos influye es la que, en un momento o en otro, nos zarandea, nos mueve, nos tambalea, nos provoca algún tipo de mareo metafísico. Así me siento hoy, que sé que Geni ya no está aquí, por lo menos físicamente.
Odio la palabrería entorno a la muerte. Los textos sepulcrales y demás. Pura retórica. Pero hay veces en que uno siente que debe hacer una cosa. Y la hace. Aunque no sirva para nada, aunque se equivoque. Como redactar un homenaje íntimo y personal y colgarlo en el blog. No diré cosas maravillosas de Geni porque tampoco la conocía tanto. Diré sólo que era una tía que me caía fenomenal y que yo admiraba su coherencia y sus palabras claras. Su posición, su compromiso. Su valentía. Diré sólo que he sentido mucho su muerte y que me apetecía recordarla aquí, ahora.
Las palabras que ella misma escogió son un epitafio perfecto. Porque está lleno de vida y de ganas, como intuyo que era ella.
“Cuando yo me vaya, no quiero que llores,
quédate en silencio sín decir palabras
y vive recuerdos, reconforta el alma.
Cuando yo me duerma, respeta mi sueño,
por algo me duermo, por algo me he ido.
Si sientes mi ausencia, no pronuncies nada,
y casi en el aire, con paso muy fino,
búscame en mi casa,
búscame en mis libros,
búscame en mis cartas
y entre los papeles que he escrito apurado.
Ponte mis camisas, mis sweater, mi saco,
y puedes usar todos mis zapatos.
Te presto mi cuarto, mi almohada, mi cama,
y cuando haga frío, ponte mis bufandas.
Te puedes comer todo el chocolate,
y beberte el vino que dejé guardado.
Escucha este tema que a mí me gustaba,
usa mis perfumes y riega mis plantas.
Si tapan mi cuerpo, no me tengas lástima,
corre hacia el espacio, libera tu alma,
palpa la poesía, la música, el canto,
y deja que el viento juegue con tu cara.
Besa bien la tierra, toma toda el agua
y aprende el idioma vivo de los pájaros.
Si me extrañas mucho, disimula el acto,
búscame en los niños, el café, la radio
y en el sitio ese donde me ocultaba.
No pronuncies nunca la palabra muerte.
A veces es más triste vivir olvidado
que morir mil veces y ser recordado.
Cuando yo me duerma,
no me lleves flores a una tumba amarga,
grita con la fuerza de toda tu entraña,
que el mundo está vivo y sigue su marcha.
La llama encndida no se va a apagar,
por el simple hecho de que no esté más.
Los hombres que ” viven “, no se mueren nunca,
se duermen de a ratos, de a ratos pequeños
y el sueño infinito, es solo una excusa.
Cuando yo me vaya, extiende tu mano
y estarás conmigo sellada en contacto,
y aunque no me veas, y aunque no me palpes,
sabrás que por siempre, estaré a tu lado,
entonces un día, sonriente y vibrante,
sabrás que volví, para no marcharme.
Carlos Alberto Boaglio”
Ya había leído alguna entrada dedicada a ELLA…
La tuya emociona desde la primera letra a hasta la última, me alegro mucho que hayas decidido colgarla en tu blog, porque seguro que GENI le hubiese gustado mucho que tu la escribiese y que nosotros la leyéramos, un saludo a todos.
pienso que has hecho bien explicando la historia.Hay gente que sabe irse con elegancia y discreción, diría que la Geni, o Geni es un claro ejemplo de ello. Descanse en paz.
Ho sento, jo no la coneixia però és igual, m’ha agradat molt la teva entrada. Davant de la mort es pot dir poca cosa, descansi en pau.
Una entrada que emocione, Ramón. Segur que ella estará contenta de veure que la recordes amb tan carinyo. Ets una amic de debó, una persona sensible, i agraida.
I es que la globosfera té aixó, Creixem lligams d’afecte, impensables en el moment que et decideixes a entrar, pero que dia a dia es van consolidant, amb les paraules i les idees.
T’envio una abraçada ben forta.
Hay momentos en los que el silencio es más elocuente que las palabras.
RIP
En mi vida llevo muchos muertos,
pero son estos muertos…
los que me han dado vida.
Mis condolencias
ibso
Conocía a Geni a través de su blog, no me perdía ninguna de sus entradras. Me encanta que escribas sobre ella Ramón, es un estupendo homenaje al que también me uno, si me lo permites.
Bicos
Si muero antes que vos y me escribís algo así, creo que sería una muerte dichosa. Yo sé que la muerte nos afloja, pero sé también que de tu boca o de tu pluma, jamás saldrá algo impostado, una pose, o una frase conveniente.
Sólo un abrazo.
Una entrada muy sentida y perfectamente compartida, si bien la cuestión de la muerte, como ascendente en grado 28 de Escorpio es algo que llevo trabajando desde niña. A estas alturas agradecida estoy de no haber desaparecido todavía, pero bueno, eso es cosa que da el paso del tiempo.
A partir de los 60 pienso que cada día es un regalo y fíjate ya cuantos regalos llevo encima, jajjj y algunos pesan lo suyo. Lo que me parece triste y por ello necesario de incorporar a nuestra cultura, algo que me consta nunca se hará, es aprender a asumir la muerte desde la más tierna infancia como algo natural y a lo que no se debe temer. Ya no me enrollo más, el resto te lo prefiero contar de frente. Petonets.
Ramón, grandíssima emoció has transmès en les teves paraules.
Amb silenci tanco els ulls i respiro fondo. No puc dir res més.
Un petó fort
Aquellos a los que amamos no se mueren hasta que son olvido.
Mientras tengamos de ellos un solo recuerdo, por pequeño que sea, vivos están, en nosotros.
Soy de la opinión de que has hecho lo correcto. Descanse en paz.
Me vuelvo a emocionar al leerte, Ramon.
También yo la recuerdo, lo sabes, y esos versos me erizan entera.
Ella era vital y alegre, y lo seguirá siendo en nuestro recuerdo.
Precioso tu recuerdo, muy bonito, muy emocionante.
La mort sempre ens descoloca. No sabem què fer ni com comportar-nos perquè ens arrossega una munió de sentiments que no podem controlar.
Dir que internet és virtual és una gran mentida i no vol dir res. Internet ens apropa a persones que no coneixies i en canvi t’aporten moltes coses. Quan els coneixes en un bar, en una xerrada, en una presentació d’un llibre… primer et sorprèn el seu aspecte físic (si no ha mostrat mai fotografies) però et sembla que el coneixes molt bé perquè el que s’escriu diu molt de nosaltres.
Vaya, parece que me respondes con ese poema al poema que yo he escrito en mi blog y en el facebook. La ausencia que es muy dura, amigo.
És estranya, la mort… Quan algú se’n va se’ns emporta una part de nosaltres: la part de nosaltres que és pensament en la ment de qui se’n va. El buit que deixa és doble. I si ens resistim a oblidar és perquè ens resistim a morir. I en aquesta resistència a la mort sobreviuen tots els que se n’han anat. Som equilibristes fent piruetes.
Bueno yo creo, que es mejor tener amigos virtuales, que no tener nada.
Sobre GENI,es triste pero hermoso tu homenaje a ella, no te preocupes que GENI, escribirá allí donde quiera que esté.
Su epitafio maravilloso.
Y tú Ramón amigo solo virtual, espero que pronto no sea así recibe un abrazo virtual, hasta que nos abracemos físicamente.
Buena semana.
Muy emotivo, desde la primera palabra hasta la última que le dedicas. El poema es precioso.
Hola Ram’on, hoy es un d’ia triste para mi, y al leerte me he emocionadoy mucho, creo que te pasa como ala mayor’ia, no sabemos como manejar el tema de la muerte, se nos hace grande, inmenso diria yo…
Creo que ,. a veces, conecto mejor con gente de blog que con seg’un que personas con las que me relaciono, es un v’inculo distinto, pero igual de enriquecedor….amistad o no, el nombre no importa, pero si lo que nos aportan.
Seguro que la Geni te aporto mucho y tu a ella, tu homenaje asi lo trasmite. La poesia es de las mejores…
Una abr’a\ada
No me va muy bien el teclado y los acentos…ejj
Un bonito homenaje el que le has brindado, aun sin querer serlo, y las palabras que ella mismo escogió entrañables y bellas. No la conocía, pero lamento mucho su muerte.
Un abrazo
Supongo que ante la muerte todos nos quedamos sin argumentos… nos queda el sentimiento, no quiero vivir por siempre en un paraíso extraño, pero si permanecer en la memoria y en el corazón de los míos. Me ha gustado mucho tu post y te acompaño en la pena. Un abrazo grande.
Una perdida lamentable…siento no haberla conocido,
No lo sabia, Ramon, y mira que hablaba con ella muchas veces. Era una mujer más valiente que yo, estoy seguro. No se que decir, solo que a medida que iba empeorando hablaba con su hija y con una amiga común de los blogs. Isabel, de Argentina. Aun recuerdo su último adiós. Cuando lo siento, no se que decir más, se me acumulan las palabras y los sentimientos. Descanse en paz.
No la conocía pero me ha parecido muy hermoso tu recuerdo hacia ella
Un abrazo fuerte
La quise mucho,la llegue a conocer por chat,en mis noches y sus mañanas,le doy gracias a la vida porque la puso en mi camino,me siento muy triste.semefueuna aiga del alma.
Quien planta árboles a cuya sombra sabe que jamás habrá de sentarse ha comprendido el sentido de la vida.
Geni se va sin aspavientos. A mi personalmente me deja una sensación de continuidad, de seguir sin estar, como si el tiempo tuviera un lugar aparte para los que han sabido llegar a otros.
Un abrazo
Una entranyable entrada, la que ella es mereixia.
Encara que feia temps que no entrava als blogs, la recordava, i per altres companys he sabut del seu estat de salut.
Descansi en pau.
Adéu, M. Eugènia, no t’oblidarem.
Mariaisabel
Hablé con ella después de Reyes y desde entonces he mirado sus números de teléfono constantemente,pero me acobardaba,me aterraba que no estuviera al otro lado del teléfono,nuestra revolucionaria Geni,nuestra amable y querida Geni con ese sentido del humor y ese carisma,qué dolor tan grande perderla.
Meravillós poema, a la vida, que no a la mort, de fet tots ens equivoquem o no sabem portar la mort, tots tenim l’instint de mort i l’instint de vida, però quan veiem la mort de prop volem fer-li una passada de capot, i dir-li, jo perduraré en cendra en aquesta terra eternament i parlaré en la construcció d’un nou món, en la construcció i permanència de la vida.
He plorat amb aquest article i això no fa sinó dir-me que escrius, i parle de tu, jo que no conec ni coneixia la Geni, que escrius des del cor, i això em fa tenir-te com a amic, ja siga dels coneguts, saludats o amics importants, però no és la paraula l’eina de l’amistat? fóra armes, insults o tranques?
Gràcies per haver-me fet sentir que la Geni, tu i jo, tots viurem per sempre.
Vicent
Amigo Ramón, aunque Geni ya no esté, por desgracia, seguirá siempre viva en nuestro recuerdo. Su entusiasmo, su defensa de los desfavorecidos y su valentía demostrada durante su ignominiosa enfermedad, la han hecho acreedora de que permanezca en nuestro recuerdo.
Un abrazo
Salud y República
Si alguna vez recibo algún mail referido a una entrada del blog lo comento directamente por mail y aquí, en el blog, no hago ninguna referencia. Es decir, respeto siempre el medio por el cual la gente quiere comentarme.
Pero hoy, para que se vea bien claro que nuestra coherencia puede resquebrajarse en cualquier momento, copio parte de un mail que acabo de recibir. Es de una buena amiga, no diré el nombre. Pero me ha gustado mucho, por eso lo transcribo. Porque es un homenaje a la fuerza de Geni, a su “templanza”, y a los efectos que esa templanza produce sobre quienes leímos sus escritos.
“Hola, Ramón, ayer estuve leyendo tu última entrada y, de rebote, el blog de tu amiga. Me apenó mucho (no sé si es la palabra más adecuada, ya he borrado tres)… fue un sentimiento muy extraño al leer como se iba despidiendo de todos y de todo, incluso en el afán de arreglar aquellas cosas más mundanas. Me sobrecogió su templanza.”
Me acabo de enterar a traves del blog de Josep.
Realmente la tristeza embarga, quedandome el recuerdo de su faz sonriente en una excursión.
Deseor recordarla asi o junto a su hija cuando se caso, o su alegria al nacer su nietito.
En muchos momentos nos desolamos pensando que injusta es la vida, hoy es uno de esos.
Saludos
No lo sabía Ramón y no sabes cuanto lo siento. Estoy con Mariajesús en la opinión, y pienso también como piensa el poema. Mientras les recordemos vivirán.
Un abrazo fuerte.
La amistad por cualquier vía, siempre que se logre es algo no solo raro, sino maravilloso, ¡divino! y en esto se da también, creo que hasta con mayor frecuencia, pues es más fácil desnudarnos el alma, sin correr el riego del prejuicio inmediato.
No la conocí, me hubiera gustado mucho conocerla. Deseo fervientemente que se encuentre en un mejor lugar… y sobre todo, sin dolor ni sufrimiento.
Debe doler Ramón. Te abrazo con fuerza!!
Visito tu blog a menudo, pues lo he conocido a través de Josep “Vivències”. Los dos habláis de la partida de otra luchadora, de otra persona que engrandece la vida.
Yo también perdí a mi compañera por la maldita enfermedad, un amigo me envío la poesía “Cuando yo me vaya”, incluida en el libro “En voz baja” de la Editorial Santa María de Buenos Aires. Al volver a leerlo, en tu entrada, recuerdo el estado sereno que me dejó. Especialmente te hace pensar que estas personas tan especiales nunca te dejan, es tanta su fuerza que nos dejan llenos de ilusiones, de esperanzas, de razones para llenar nuestra vida de sueños, de proyectos, de deseos.
A veces nos cuenta mirar a nuestro alrededor cuando hay tantas personas que nos enseñan a vivir y mientras nosotros nos empeñamos en supervivir.