Te pones delante de un monumento, de un paisaje, posando para una foto, y quien va a disparar te va diciendo, mientras encuadra, que te pongas más lejos, más lejos, todavía un poco más lejos. Al final la inmensidad del monumento que está detrás de ti, o del paisaje, sumado a tu lejanía del objetivo, te deja diminuto, reducido al tamaño de una hormiga. Ahora, con las fotos digitales, uno siempre puede aumentar el fragmento que desea, pero en épocas anteriores, en esas fotos de la época de mis padres que tenían el tamaño de un cromo de coleccionar, las personas casi ni se distinguían.
Son curiosas las actitudes de la gente ante una cámara de fotos. En Estambul vi unas mujeres con burka que, en el momento en que otra les hacía una foto ante la Mezquita Azul, ellas levantaban la cortinilla que les cubría la cara, ponían su mejor sonrisa sin ningún pudor, la otra disparaba y ellas inmediatamente, como si tras la foto les hubiera regresado la vergüenza a ser vistas, bajaban la cortinilla frontal y volvían a quedar cubiertas de cabeza a pies, en una negritud absoluta.
Siempre me resulta divertido ver la cara de la gente cuando se las hace. Las hay (en femenino, porque suelen ser chicas) que ponen su mejor cara, imitación de la de las modelos de las revistas, y sonríen beatíficamente aunque a su izquierda esté pasando un batallón de coches de bomberos con sus sirenas puestas. Luego están quienes juegan a ser graciosos, poniendo caras, posturas o colocándose algún complemento alrededor del cuello o sobre la cabeza. Estos últimos no suelen ser santos de mi devoción, por lo menos quienes ya son especialmente exagerados. Finalmente quienes van de naturales (me incluyo) aunque sepan/sepamos que la naturalidad no casa bien con el tema de poner cara y que te hagan una foto. Estos últimos, en el fondo, tenemos la tendencia a querer parecer interesantes, profundos, originales, qué sé yo. Es decir, que aunque vayamos de legales en el momento de la foto somos igualmente unos impostores.
Volviendo al tema del principio, el de la distancia desde la cual te hacen la foto, en una ocasión a mí me hicieron una foto desde bastantes metros de distancia y salió razonablemente bien. Miles de metros, para ser exacto. O mejor, miles de quilómetros. Y no miento. En concreto, me hicieron la foto desde 6.178 quilómetros de distancia.
En New York, en los aledaños de la famosa Times Square, hay una web cam a pie de calle en la cual la gente que lo sabe se coloca estratégicamente, y si estás en contacto con otra persona, ésta puede hacerte una foto desde la otra esquina del mundo. Así me hicieron a mí la foto en cuestión. Pero la página de esa web cam resulta también divertida para ver lo que está pasando a tiempo real en la gran manzana. Recuerdo que yo la seguí con interés cuando el huracán Irene visitó New York el verano pasado.
En dicha página, a la que se puede acceder a través del siguiente ENLACE, es posible observar Time Square desde distintas perspectivas clicando en los iconos de la parte inferior a la web cam: Crossroads, South View, Street cam (la de las fotografías) o Tower Cam entre otras. Ahora han puesto unos andamios que estropean notablemente las vistas, pero también en Manhattan tienen derecho a reparar sus edificios, supongo.
Y una aclaración final: el individuo de la foto que ilustra esta entrada no soy yo… Es sólo alguien que también quiso que otra persona, quizà en la otra punta del mundo, le hiciera una foto de lejos. (I un record a la Rosa que va ser qui ens va fer la fotografia a nosaltres des de Barcelona)
ostras…no lo sabía ¡
Jo aquesta càmara la miraba molt abans d’anar a New York :). A mi no m’agrada que em facin fotos. Petó!
Bueno, queda claro que se terminó el detective romántico, con su gabardina y sus tardes aguantando la lluvia en plena calle… Ahora pones una webcam y espías des de tu sofá con un mojito en la mano.
Lo de las fotos “turísticas” tiene algo de misterioso y a la vez ridículo: una figura sonriente posando ante un monumento en la otra parte del mundo. Hay una reflexión algo surrealista sobre eso en la peli “Amélie”, con el enano de jardín fotografiado en todas las partes del mundo.
Cuando veo mis propias fotos de turista (aquí casi nadie se escapa) siento algo raro: con la facilidad de la foto digital hacemos miles de fotos (antes nos lo pensábamos dos veces, por el precio del revelado) y generamos un enorme archivo en el ordenador que no sabemos muy bien adónde irá, ni quién lo verá -ni siquiera nosotros mismos nos sometemos a tediosos repasos de nuestras vacaciones.
Mis fotos siempre son sin colocar: como solamente pongo animales y cosas y a ellos les da igual…Al final las “naturalezas muertas” deberían llamarse naturalezas veraces…
I ha un acte premeditat en qui fa la foto i qui la rep, en certa manera el que espera un acte n’és còmplice, i l’observador crea la cosa en cert grau.
Ara més poèticament, on estiga la foto d’una bella dona i foto robada no hi ha res, no sap que és bella, no sap, no sap…
No me gustan las fotos posando con el monumento detrás, como si eso fuese necesario para justificar que has estado en ese lugar, me resultan tan pesadas como los vídeos de boda que tienes que sufrir de vez en cuando y que a mi en particular me aburren.
Bicos y pásatelo muy bien.
jajaja no lo sabía….qué curioso lo de la cámara ésa.Enhorabuena por esa visita a la ciudad eterna,qué envidia.
Besitos.Yo tb te quiero mucho.
Me encanta tener fotos de todo, y ahora que es tan facil y tan barato con las cámaras digitales…Pero la verdad es que da un poco de corte posar, y más si alguien está observando la cara de foto que pones.
Saludos!
Tengo el enlace de las cámaras de Manhattan en mi blog, más que todo por mi amor incondicional a la Gran Manzana.
Particularmente me encanta hacer fotos a puertas, fachadas, ventanas y situaciones curiosas en general, pero no que me las hagan. Últimamente, además, salgo bastante mal y con esto del puñetero facebook es un horror (aunque le digo a todo el mundo que no ponga fotos mías por ahí) .
Así que eres el de rojo y blanco entonces, ¿no?
Me ha encantado la webcam, no sabia nada de ella…
A mi me gusta mucho hacerme fotos y hacer fotos a los demas, no concibo mis visitas turisticas o no, sin una cámara en mi mano.
Feliz verano y un abrazo enorme.
De lejos, de cerca, primeros planos… Creo que quedará extensa constancia gráfica de casi todos los habitantes de este mundo…, pero ¿quién se tragará tanta foto?
Y todos vigilados por las webcam… Me planteo que hoy, en el mundo occidental y aledaños, ser eremita debe consistir en no aparecer en ningún lado.
Recuerdo que leí que una tribu africana no se deja retratar, porque creen que la imagen les roba el alma, qué cosas.
Un beso y feliz descanso.
Hola Ramón:
Saps que amb passa que quan ser que m´estan retratan sempre poso cara de circunstasncies.
A mi m´encanta la fotografía.
I ara amb tan adelantos , ens poden fotografiar de molt lluny.
Ara m´he recordat del llibre 1984 d´Orwel, que tohom estava vigilat, estil Gran Hermano.
En fi sort que jo no tinc manies, pero la gent que tingui paranoies va ben servida.,
T´envio una abraçada dese Valencia, Montserrat
Las webcam son la salvación para que los que no podemos viajar más allá de cien kms. Te lo digo yo que colecciono enlaces y las tengo en mi android, cuando me acuesto me pongo a ver como está Estocolmo, Cuzco, Tasmania y más lugares que me gustaría visitar algún día si el gobierno español me deja.