Por esas circunstancias de la vida la última vez que estuve en Madrid visité el Santiago Bernabéu. Para que luego digan… (Y debo confesar que me gustó, porque ajeno al fútbol como soy lo contemplé con la misma curiosidad arqueológica con que contemplé la primera vez el Coliseo romano). El caso es que a la salida seguimos bajando por la Castellana porque el siguiente lugar que deseábamos visitar era la Colina de los Chopos, mítico nombre que alberga la famosa Residencia de Estudiantes. Curioso periplo. Como la vida misma.
El Bernabéu dio para lo que dio, pero la Resi me llenó de emoción. Sería difícil encontrar un lugar de Madrid que provoque una emoción más nítida a los que amamos la cultura española (la cultura dije, no la pandereta). La Resi, como la llamaban cariñosamente los residentes, fue la continuación lógica de la ILE (Institución Libre de Enseñanza) a partir de la llamada Junta de Ampliación de Estudios, impregnada del ideario krausista (que casi me atrevería a decir que no fue otra cosa que un poco de modernidad vital teñida de algo aparentemente tan contradictorio como espiritualidad racionalista, y que en cualquier caso significó ese soplo de aire fresco que precisaba la cultura española en la segunda mitad del siglo XIX). La ILE, el krausismo, la Resi son esos tres hitos que seguramente no hubieran sido posibles sin un aliento progresista que los animara.
Decir Residencia de Estudiantes es decir gente muy querida, por lo que significaron: Jiménez Fraud, su director en primer lugar, que fue quien la hizo tal como la conocemos, y también Juan Ramón Jiménez, Guillén, Lorca, Buñuel, Ortega, Salvador Dalí, Rafael Alberti, Moreno Villa entre muchos otros, que o residieron en ella o la frecuentaron. La Residencia significa la modernidad, la europeización cultural (no la económica, claro), el laicismo, una forma de concebir España alejada del pacatismo reaccionario, un momento de la cultura española de envidiable vitalidad. (Qué tiempos, ahora lo único vital en España es el fútbol…).
Los lugares leídos, estudiados, visitados mil veces con la imaginación tienen el poder de subyugarnos cuando los visitamos por fin en persona. A mí por lo menos. Sobre todo si su significación es tan poderosa y apetecible como la de la Residencia de Estudiantes.
Sirvan estas líneas de homenaje a todo lo que me gusta y no está, y de rechazo a tanto como no me gusta y nos invade.
A mi también me causó una más que entrañable sensación la primera vez que la vi; el paseo hasta la entrada imaginando a todos sus notables “habitantes”… respirar ese mismo aire…
Me sumo a tu homenaje 🙂
Un abrazo
No la conozco, pero supongo que será una sensación parecida a la de andar por Granada y sentir a Federico
Un lugar mítico aunque hay que ir con cuidado con los mitos del pasado, era cara y minoritaria, hoy la cultura, incluso la universidad, es mucho más accesible a la gente ‘normalita’, hace unos días escuchaba por la radio un programa dedicado a Miguel Hernández y hablaban del desprecio con el cual lo acogieron los brillantes muchachos de la Resi. Nuestro presente no sabremos como será valorado desde el futuro ni cuales serán los mitos que se conserven.
Tampoco la conozco, y eso que he estado en Madrid en numerosas ocasiones, pero jamás se me pasó el ir por allí…lo tendré en cuenta.salut
Bon dia Ramón: hi ha coses que no canvien mai, afortunadament. Els nostes records, de joventud, aquells que van tenir tan a vuere amb la nostra realitat d’avui, son sagrats. Encara que els mites, s’hagin diluit, o convertit, en idols de fang. Comprenc perfectament la teua emoció, perquè la he experimentat en la propia pell.
He tingut d’altres “Resis” però per el cas, es igual.
Que gaudeixis del cap de setmana. Una abraçada.
Soy un fan irredento de Luis Buñuel, y eso me llevó a leer hace tiempo aventuras sucedidas en la Resi. Posiblemente el grupo mitificó la Residencia, pero lo que pueda haber de cierto es realmente muy divertido. Resulta magnífico ver sus contradicciones (por ejemplo la afición de Buñuel al boxeo, que era una ficción, ya que por lo visto sólo participó en un combate y lo perdió a la primera de cambio).
Y la visita al campo de fútbol… bueno, cuando sea una bella ruina como el Coliseo creo que yo también iré a visitarlo.
Conocia La Residencia, pero no por el nombre de “La colina de los chopos”. Tenia entendido que era el nombre de un libro del mismo título de Juan Ramón Jiménez, Hasta podría asegurar que estaba editado en Barcelona a principios del 1920, más o menos…
¿Cómo hubiera sido España si hubiese prosperado la reforma educativa de la República?
Una abraçada.
Y uno lee lo escrito, lo hecho , en aquel tiempo y piensa cómo es posible haber ido hacia atrás…pero, es posible.
La Resi es entrañable. Muy bien descrita por ti, a mí también me emociona. Después de leerte me han entrado ganas de volver a ir. Y lo haré.
Salud y República
Hay lugares así. Puedo sentir la aceleración del corazón. La conciencia de que buena parte de la historia ha pasado por ahí…
Me quedo con tus últimas palabras, es una sensdación especial…y hay que gozarla. porque normalmente no podemos.
Precioso hjomenaje Ramón
Petons
Hoy leo tu entrada tan entrañable sobre tu visita a La Resi y casualidad que hoy también he leído que Chavela Vargas está en Madrid, ha regresado a la residencia de estudiantes para cantar a García Lorca.
Hay lugares que no se pueden olvidar., tienen algo que inspira libertad y sabiduría, como tu blog.
Besos
Bona nit Ramón.
M´en alegro que disfrutessis tan amb aquestes visites culturals.
M´agradat molt aquest Post i t´envio una abraçada desde Valencia, Montserrat
Me imagino la sensación que sentiste, algo parecido me pasó hace mucho tiempo. Es entrañable algo así como el templo del saber, aunque como todo también tenía sus más y sus menos, pero en este mundo no hay nada perfecto.
Bicos
Ramon, destilas admiració a la Resi …
És que ser liberal no té color, és un gust per a molts.
I la Resi ho va ser.
T’imagines les tertúlies entre mig de Dali, Buñuel o Juan Ramón?
Molts petons
Ramon, después de un largo tiempo sin visitar tu rincón, hoy me he puesto al dia. Por supuesto que yo hubiese disfrutado más viendo la Residencia que el Bernabeu. Es cuestión de prioridades.
Por cierto, después de tus meses de arduo trabajo, disfruta de tus merecidas vacaciones.
Un afectuoso saludo.
Quedarán en sus rincones algunas que otras reyertas, mezquindades y gestos de amistad.
Saludos y feliz vida
Sense cap dubte imagine la teva emoció i justificada amic…
Ara tot ha canviat massa…ara seguix la gent allò que li manen i el pitjor és que no se n’adonen…
Hi ha molts borregos a l’Estat, futbol, bous, i així va tot…
On ha quedat tot allò que realment te valor???
La cultura està en crisi i ja fa molt de temps…
Abraçades Amic!
Entrañable la entrada, Ramon.
A mí también me agrada mucho meterme en ese mundo fascinante que se creó alrededor de la ILE y de la Residencia. Incluso, me gustaría que existiera la máquina del tiempo para meterme allí y mirar por una rendija todo lo que cocían.
Estoy de acuerdo en que hay que girar la mirada hacia lo que nos anima, que el panorama es desolador y no podemos decaer.
Un abrazo bien grandote.
No hay día que no aprenda algo nuevo en la blogosfera, y viajar sin salir de casa un lujo, gracias por se nuestro guía.
Si tenemos en cuenta que lo que ahora se llenan son los estadios de fútbol, tenemos servida la vuelta al oscurantismo.
Un saludo
Una visita obligada, Ramon. Un lloc ple d’esperit i esperits. Comparteixo amb tu totes les emocions.
Si et ve de gust, et remeto a l’apunt que vaig fer quan la celebració del centenari a Barcelona, i els records d’un amor platònic.